jueves, 25 de julio de 2013

Discurso del santo padre Francisco a los jóvenes argentinos en Brasil

Discurso del santo padre Francisco a los jóvenes “Gracias por el gesto. Yo le sugerí a quienes organizan el viaje si podría haber un lugarcito para encontrarme con ustedes. Y en un día y medio armaron todo. También quiero agradecer a ellos. Quisiera decir una cosa: qué es lo que espero, como consecuencia de la JMJ. Espero lío… sabemos que en Río va a haber mucho lío, ¡pero quiero lío en las diócesis!. Quiero ver que la Iglesia se acerque a la gente, quiero que nos despojemos del clericalismo, lo mundano, el estar encerrados en nosotros mismos, en nuestras parroquias, colegios o estructuras, porque ellas son para salir. Que me perdonen los curas y los obispos si algún comentario puede meterlos en líos. Es un consejo. Gracias. Miren, yo pienso que estamos presenciando una filosofía y una praxis de exclusión de los polos de la humanidad. Exclusión a ancianos, por supuesto, porque no se los cuida. Y exclusión de los jóvenes sin trabajo. ¡El índice de gente sin trabajo es muy grande!. No tienen experiencia de la dignidad que se gana por el trabajo. Esta civilización excluye a las dos puntas. Ustedes tienen que hacerse valer. Los jóvenes tienen que servir. Luchen por esos valores. Y los viejos, transmitan. No claudiquen de ser la reserva cultural de nuestro pueblo y quienes transmiten la justicia, la historia, los valores, la memoria del pueblo. No se metan con los viejos. Déjenlos hablar. Que Dios se haya hecho uno de nosotros es un escándalo. La cruz sigue siendo escándalo, pero es el único camino de salvación, desde la encarnación de Jesús. Por favor, no licúen la fe en Jesús. Hay licuados de manzana, naranja, pero por favor, ¡no tomen licuado de fe! ¡La fe es entera! Jesús es quien me amó y murió por mí. Hagan el bien, cuiden a los extremos del pueblo y no se dejen excluir. Y no licúen la fe en Jesús. También las bienaventuranzas. Si querés saber qué cosas prácticas tenés que hacer, leé Mateo 25. Las bienaventuranzas y Mateo 25, y no necesitan nada más. Se los agradezco de corazón. Le agradezco la cercanía, y me da pena que estén enjaulados. Yo vivo un poco así, y se los confieso: qué feo es estar enjaulado. Gracias por acercarse, gracias por rezar por mí. Se los pido de corazón, necesito su oración. Les voy a dar la bendición y vamos a bendecir la imagen de la Virgen de Luján que va a recorrer misionariamente todo el país. No se olviden: hagan lío, cuiden los dos extremos de la historia del pueblo y no licúen la fe.